sábado, 9 de junio de 2012

trampas

No se habla de otra cosa que del rescate. Por lo tanto, arrecian las mentiras y la desinformación. ¿Qué es eso del rescate? ¿Hay varias modalidades? ¿Es inevitable? ¿Es "bueno"?

Vamos a hablar de un par de obviedades que quizá estén más escondidas de lo que parece, y que puede ser que por no tenerlas presentes prestemos oidos a explicaciones absurdas que, no obstante, tienen gran apoyo. Para empezar, deberíamos aclarar una obviedad a la que podemos llamar "la trampa de la deuda".


La deuda es como un hacha o un libro. No es ni puede ser "buena" ni "mala" (por mucho que queramos contradecir a Nietzsche insistiendo en que sí existe una dimensión moral en la vida social). Por mucho que aborrezcan de ello algunos románticos, idiotas o como queramos llamarlos, la deuda, como el dinero, es una herramienta social, una herramienta en ese ámbito tan importante de la vida social al que llamamos "actividad económica" (y al que Marx se refería como la oposición de la sociedad frente a la naturaleza para obtener los objetos para satisfacer las necesidades y deseos humanos, sociales). No voy a dar más explicaciones de ello porque lo considero una obviedad, y porque si nos detenemos a cada paso no acabaremos nunca.
Si se admite ese punto de partida, el problema es determinar porque la deuda puede convertirse en un problema, y tampoco es difícil de entender. De hecho, es otra obviedad: si cada vez te endeudas más, llegará un momento que tendrás que pedir prestado para pagar los propios intereses, y a partir de entonces tu deuda se convierte en una bola de nieve cuesta abajo. ¿Imparable? No, por supuesto: nada es imparable. Se para cuando se cierra el crédito y llega la bancarrota (o default que diría un analfabeto).

Vale, pues un rescate puede significar muchas cosas, pero en la experiencia griega es un montón de pasta que presta la Unión Europea a un gobierno (no a un país, ESO NO EXISTE) que ha llegado a esa bancarrota, a cambio de realizar una serie de ajustes. Los ajustes tienen como objetivo declarado disminuir gastos y aumentar ingresos de ese gobierno, de forma que después del ajuste pueda hacer frente a su deuda.
No obstante, es evidente que el objetivo declarado ES MENTIRA. Y ello por dos cuestiones:

  1. El préstamo de ese montón de pasta se hace con un interés altísimo (desde luego muy superior al 1% que el Banco Central Europeo cobra a los bancos por todo el dinero que quieran pedir prestado). Esto ya lo convierte en impagable en sí mismo: no constituye solución sino agravamiento del problema.
  2. La fuerza de los hechos, tan evidentes, hacen que huelgue cualquier análisis teórico: tales ajustes, tales medidas arrasan el país, lo vacían, lo destrozan y por ello lo incapacitan para alcanzar el supuesto objetivo. De nuevo, no se avanza en el camino de la solución, sino en la de agravar el problema.

Entonces ¿a qué viene eso del rescate? O dicho de otra forma ¿a quién le interesa esto y para qué?
Bueno, pues ese asunto tiene muchas, muchísimas aristas (incluidas las omnipresentes mentiras nacionalistas), por lo que no es tan sencillo, pero hay dos dimensiones del problema que creo que sí están claras y son las relevantes, porque afectan precisamente al poder, a quienes toman las decisiones, que de ninguna manera y desde ningún punto de vista tienen nada que ver con cualquier concepto democrático:

  • Por un lado, al gran capital financiero (es decir los montones de dinero que pululan buscando cuanto más grande interés y más rápidamente liquidable, mejor) lo que le interesa es, en primer lugar, cobrar. En segundo lugar, cobrar cuanto más, mejor.
    Efectivamente, en Grecia ya se ha producido una "quita" (una quiebra parcial, o simple reconocimiento de que no se va a pagar lo que se debe, porque no se puede pagar: ¡no hay de donde sacar!) lo que podría entenderse que contradice lo que digo arriba. Muchas veces, tanto empuje carroñero lleva a que estos buitres se muerden su propio culo. Pero probablemente los más poderosos entre los poderosos ya se habían retirado antes de la quema, gracias a los cientos de miles de millones de fondos de la UE. Esos rescates son, en primer lugar y por encima de todo, rescates de los intereses de los acreedores del rescatado. Pensemos que, de hecho, hay una alternativa directa (y muy sencilla) al rescate: la quiebra, la simple declaración de que, efectivamente, y como es evidente, no hay para pagar y, por lo tanto, no se va a pagar. Esto lo que significa es que nadie va a prestar nada a ese país y por lo tanto cada barril de petróleo que haya que comprar habrá que pagarlo (prácticamente, aunque no exactamente) con mercancías que se exporten a cambio. Pero ¿de verdad es tan terrible comparado con los "ajustes" de estos "rescatadores"?
    Pero, en todo caso, no es una cuestión de equivocarse, aprender de los errores, etc. Ese capital financiero seguirá acudiendo al borde del abismo a morder, si se le ofrecen las altísimas rentabilidades que se les ofrecen. Y por eso mismo algunos de ellos seguirán cayendo a ese abismo.
  • Al capital (a todo el capital, sea industrial, comercial, financiero...) siempre le resulta interesante pagar cuanto menos salarios, mejor. El producto social se divide, en última instancia y si incluimos como salario no solo el salario directo sino el indirecto (prestaciones y servicios sociales...) y el diferido, en ganancias y salario. De este modo, cuanto menor el salario (en el sentido amplio antes descrito) más para la ganancia (que también incluye diversos rubros, como ganancia empresarial, intereses y dividendos, rentas de la propiedad...)
    Y en esto exactamente consisten todos los ajustes contemplados por estos criminales: jamás un aumento del ingreso del gobierno mediante impuestos a los ricos, siempre por impuestos a los pobres, y sobre todo mediante recortes de los gastos en servicios y prestaciones sociales (salarios indirectos).
    De hecho, las únicas medidas "estructurales" que acompañan a las medidas de reducción del déficit público son las de "liberalización", "flexibilización", "desregulación"... del mercado de trabajo. O, hablando en plata y sin tanta mentira: las de abolición de todo el sistema de derechos laborales que lleven a donde se quiere llegar: un descenso, también, del salario directo.

Total, que el plan está claro.
¿La alternativa? Creo que, visto lo ocurrido en Irlanda, en Portugal y, sobre todo, en Grecia, casi cualquier alternativa es mejor alternativa. De hecho, y dado que el problema real no está en el déficit público sino en la banca, pese a lo delicado del asunto deberíamos simplemente dejar caer a esos muertos vivientes (primero Bankia y quien sabe quién detrás) y salvar a los pequeños afectados (por supuesto, eso no se va a hacer porque el poder está en manos de quien está).
Y por último ¿porqué las prisas? Pues yo creo que porque la semana que viene hay elecciones en Grecia, y quizá se empiece a ver que, en esta nueva UE más integrada (y, no les va a quedar más cojones, más democrática) que a regañadientes y empujados por el pánico van a empezar en el Consejo de final de semestre, es MENTIRA la disyuntiva o ajuste o euro. Syriza lo lleva en su programa: euro sí, ajustes no.
Y la realidad les da la razón. Lo que está expulsando a Grecia fuera del euro son esos ajustes. Las alternativas aún no se han ensayado así que merecerían su oportunidad.

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